En esta etapa el desarrollo de competencias apunta tanto a lo académico con la exigencia propia de un Instituto Humanista Moderno y bilingüe, como a la ayuda al alumno a conocerse y comprender el gran potencial que tiene. Demuestra, en varias pruebas académicas, sus conocimientos y el uso del idioma inglés que ha desarrollado a lo largo de los años.
Consideramos al vínculo familiar como esencial en el acompañamiento del alumno, en su proceso de maduración, así como también en establecer un trabajo disciplinar conjunto.
En esta etapa de inestabilidad emocional, Dios se le muestra como un amigo cercano que le ayuda a crecer, a desarrollarse y le enseña el camino de la ayuda a los demás. A través de varios apostolados, el alumno logra salir de sí mismo y comprende otras realidades de un mundo en donde puede y debe ayudar.